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¿Se nacionalizó el gas en Bolivia?
- ¿Se pretende dividir al contundente movimiento
contra la reelección presidencial avivando la disputa entre Chuquisaca y Santa
Cruz?
Nelson Vila Santos
La Paz, 2 Abr. (ADO).- El pozo gasífero disputado por las
regiones de Santa Cruz y Chuquisaca pertenece en un 90% a las empresas
transnacionales. El paquete accionario es dividido entre la francesa Total con
un 50%, la rusa Gazprom con 20%, la ítalo argentina TECPETROL con 10% y por
último la subsidiaria boliviana YPFB Chaco con el 10 %. El agravante es que
este enfrentamiento podría afectar la unidad del país en torno al rechazo a la
reelección presidencial, cuyo éxito se plasmó el pasado 21 de febrero en un
gran paro movilizado.
El caso
de Incahuasi tomó relevancia nacional luego de que gobierno plurinacional, por
medio del ministro de la Presidencia Alfredo Rada y el viceministro de
Autonomías Hugo Siles, aprobara una resolución administrativa que altera los
límites entre los departamentos de Santa Cruz y Chuquisaca, causando una gran
confusión y, principalmente, el congelamiento en el cobro de regalías por la explotación
de gas, gracias a una determinación de Tribunal Constitucional que estaría
afectando los ingresos de los cruceños, hasta el punto de asfixiarlos, con la
consiguiente paralización de obras y el impago de sueldos.
La
gobernación cruceña, en defensa de sus intereses, inició un proceso judicial a
las citadas autoridades, sin embargo las autoridades aludidas niegan tal
extremo y con datos del Ministerio de Economía aseveran que no hay afectación a
sus cuentas y motivos para la paralización de la obras.
En esas
circunstancias, el problema se circunscribió al tema económico y de límites,
que enfrenta a los departamentos hermanos de Santa Cruz y Chuquisaca, que
podría ahondarse cuando el gobernador cruceño Rubén Costas asevera “No hay nada
que negociar (con Chuquisaca), no vamos a dejar que se apropien de ningún metro,
ni de ningún volumen de nuestros recurso”.
En
estos días tomó, el tema fue crispándose cuando la bancada de parlamentarios
cruceños dirigidos por el oficialista MAS, anunciaron que enjuiciarán a Costas
por no defender los intereses cruceños. Además, se suman las movilizaciones
regionales al interior de Santa Cruz, como de la provincia Cordillera, que
exigen las regalías de Incahuasi pero en el marco de una nueva distribución
desmarcándose de la secante centralidad de la gobernación dirigida por los
Demócratas.
Incahuasi de las petroleras
El
problema económico de Santa Cruz y su disputa sobre la delimitación con
Chuquisaca, además de los problemas internos, encierra una gran verdad sobre la
industria gasífera del país que no se la menciona. El gran pozo disputado de
Incahuasi no es de propiedad de los bolivianos, en un 90 % es de las
transnacionales. Un ciudadano de a pie nos diría “pero no que estaba
nacionalizada la industria petrolera del país”. Nosotros le responderíamos que,
lamentablemente, está completamente equivocado. Y él con justa razón nos
pediría una explicación y es la siguiente.
En
realidad en Bolivia no hubo una nacionalización de los hidrocarburos como
ocurrió en 1937 o 1969, en octubre de 2006 el gobierno de Evo Morales, sin tomar
en cuenta las auditorías petroleras, autorizadas por el Ejecutivo, que
denunciaban la nefasta presencia de las petroleras entre 1996 y 2006, firmó
nuevos contratos con las transnacionales perdonándoles un sinfín de
irregularidades, incluso muchas de ellas rayaban en el delito.
La propiedad accionaria de
Incahuasi revela también que la “política hidrocarburífera” de “Socios y no
patrones” tan difundida por el gobierno no es cierta. Nos preguntamos ¿Si una
empresa o empresas tienen el 90% de las acciones de un megacampo, es/son socia/s
o es/son patrona/s? La respuesta salta a la vista.
No debemos olvidar que cuando se
firmaron los contratos con las transnacionales, el vicepresidente Alvaro García
Linera recalcó que las empresas transnacionales serían no serían dueñas sino
operadoras, es decir, nuestras “empleadas”, que trabajarían para nosotros y
sólo les pagaríamos sus gastos de operación. Hasta el momento hay 3,200
millones de dólares en gastos de operación que están en disputa y al paso que
vamos el Estado deberá cumplir con esa deuda. En este momento de crisis, ¿de
dónde sacarán esos recursos?, esa es la gran pregunta.
La política de “socios y no
patrones” se asemeja a la emprendida por el ex presidente del MNR, Gonzalo
Sánchez de Lozada (1993-1997) en el proceso de capitalización (privatización)
de las empresas estratégicas que apuntalaba la necesidad de conseguir un “socio
estratégico” para explotar el gran poder hidrocarburífero del país. ¿Han
cambiado los actores pero no los mecanismos del saqueo?
Un pequeño repaso a la cantidad
de empresas transnacionales y su propiedad sobre los recursos gasíferos nos
develan que el 85% de la actividad de hidrocarburífera está en manos de las
transnacionales. Una muestra palpable de que no hay nacionalización, principal
propuesta electoral y de gobierno repetida por los medios informativos en
millonarias campañas que no consiguen convencer a la población desde el 1 de
mayo de 2006.
División y enfrentamiento
La disputa por Incahuasi por
regalías entre dos regiones, hace palpable dos temas. El primero, que ninguno
de los representantes de ambas regiones tiene en cuenta la enajenación del
patrimonio nacional y que la pelea interna encubre una realidad nacional que
nos está llevando al colapso económico y la división.
Segundo, que al enfrentar a dos
regiones tan emblemáticas en la historia nacional (Chuquisca y Santa Cruz), se
disuelva el pedido justo de evitar la reelección presidencial. Costas con sus
declaraciones sólo ha demostrado estar más cerca del gobierno plurinacional que
de las aspiraciones departamentales y nacionales. Su deseo de ser candidato
presidencial, con su postura, se diluyen dramáticamente. ¿Será la punta de
lanza para quebrar la lucha contra la repostulación?
Además de no podemos dejar de
mencionar que la exigencia de las provincias productoras de gas de Santa
Cruz por una redistribución de las
regalías hidrocarburíferas, e incluso su manejo directo, hace de este conflicto
un caldo de cultivo perfecto para el enfrentamiento interno. Felices, el
gobierno plurinacional y las empresas extranjeras.
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