Comienza el gobierno plurinacional en enero de 2006, apenas
llegado a su despacho el nuevo Ministro de Hidrocarburos, tiene un gran
historial de impulsor de las causas populares, recibe sorpresivamente del
también flamante presidente del YPFB residual, la catastrófica información
oficial para la vida contemporánea de la nación boliviana: LA DESAPARICIÓN DE
LAS DOS TERCERAS PARTES DE LAS RESERVAS DE GAS NATURAL.
Veamos en qué consistía esa información: De 27 trillones de
pies cúbicos de gas (TCF, por sus siglas en inglés) de reservas probadas, la
empresa certificadora DeGolyer & MacNaughton le revelada a las nuevas
autoridades que las mismas se redujeron a sólo 9,9 TCF, que si se hubieran
vendido a los precios de mayor bonanza su valor hubiera alcanzado a 170 mil
millones de dólares, hoy no llega a los 85 mil millones.
Qué sucedió con las reservas de gas que dan seguridad
energética a los bolivianos de a pie y para sus proyectos de desarrollo. La
venta del energético está dando de vivir a los bolivianos, es considerado con
razón por oficialistas y no oficialistas “el sueldo de Bolivia”. En el campo
petrolero, las recomendaciones de los expertos señalan que cada barril de
petróleo explotado, deben haber 10 como mínimo de reserva. ¿Qué pasa en el caso
gas y en la situación específica boliviana?
Hasta el momento, las explicaciones son vagas, venidas de
las empresas petroleras, pero no hay un sólo sustento científico sobre esa
pérdida irreparable para la nación. Los oficialistas ni los opositores no
pidieron ninguna explicación ni iniciaron ninguna investigación; la
Contraloría, la fiscalía, la policía, los ministerios del área y la Asamblea
Legislativa no cumplió con su tarea de fiscalización.
La verdad de develó cuando la firma Ryder Scott, tres años
después confirmó el funesto dato y recién se lo dio a conocer al pueblo. ¿Por
qué se ocultó dicha información vital para la vida de la nación? ¿El
ocultamiento de información benefició a las petroleras para la firma de nuevos contratos
por 30 años más? ¿Tendremos seguridad energética, cuando la misma significa
desarrollo y prosperidad para el país? Dichas preguntas y otras circulan en el
ambiente.
Dejamos de ser la Arabia Saudita del gas de Suramérica,
estamos en la cola por nuestras reducidas reservas gasíferas, pero con
proyectos de exportación impulsados por las transnacionales (otra muestra de la
existencia de una falsa nacionalización), el gobierno plurinacional contrata a
oscuras consultoras que hablan de nuestro gran potencial hidrocarburífero pero
hasta el momento son sólo anuncios y ninguna certificación seria.
Si continúan las petroleras dominando la industria petrolera
nacional nuestro futuro es incierto, desde la ama de casa que recibe el gas
natural por las redes, el sistema de transporte, de producción agrícola, la
producción energética eléctrica, los proyectos de industrialización y la vida
de la actual industrial.
Por ello renace nuevamente #LaAgendaDeOctubre como el
horizonte de posibilidad de la nación boliviana, estamos nuevamente en el
camino de una verdadera nacionalización e industrialización del gas y de
nuestros recursos naturales. Ahí llegaremos, por el bien de nuestras nuevas
generaciones.
Nelson Vila Santos, periodista.
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