lunes, 30 de abril de 2018

A 12 años de la falsa nacionalización del gas. La 1ra nacionalización auténtica en Bolivia: un acontecimiento mundial






Por Nelson Vila Santos

La Standard Oil y Guerra del Chaco

A pesar del intento de escritores contemporáneos d distorsionar la verdad histórica de los hechos, la Guerra del Chaco fue una conflagración bélica entre Paraguay y Bolivia, los países más pobres de la región, alentada por los intereses petroleros transnacionales. Por un lado, la poderosa estadounidense Standard Oil de Rockefeller aliada de la oligarquía boliviana de entonces, con Salamanca a la Cabeza, pretende asegurarse los yacimientos petroleros del norte argentino y del descubierto en Bolivia, y está en busca una vía exportación por el río Paraguay. Por el otro, la República del Paraguay se opone a esta estrategia, junto a los ganaderos y plantadores argentinos, apoyándose en la Royal Dutch Shell, empresa símbolo del imperialismo británico.

Sin embargo, la Standard juega a dos bandos para precautelar sus intereses. Para obtener el beneplácito del Paraguay, en caso de una victoria de éste, saboteó la defensa de Bolivia, impidiendo la producción de combustible para aviones, mientras vendía gasolina al Paraguay, mediante un ducto clandestino, y destruía equipos necesarios para el ejército de Bolivia.

Proceso contra la Standard

El gobierno de Tejada Sorzano inició en 1935 un proceso administrativo contra la Standard alentada por la presión social. Primero por su prepotencia ante el ordenamiento legal establecido y por el miedo que infundía su presencia en el país. Segundo, por su doble juego en la Guerra del Chaco. No tardaron en aparecer ciudadanos valerosos que fundamentaron sus denuncias contra las empresas por su violación a la Ley Orgánica del Petróleo y el fraude sistemático que cometía la empresa contra el Estado boliviano desde el año 1922.

La denuncia más contundente fue formulada en 1926 por Pompilio Guerrero —jefe del resguardo Aduanero de Fortín Campero (a 25 km. del campamento de la Standard en Bermejo)— ante el Director General de Aduanas, William Mac Gowan. Detalló la exportación clandestina de petróleo que hacía la Standard a la Argentina, pero sus afirmaciones cayeron en saco roto, tanto que el atropello sólo fue conocido diez años después. El 7 de diciembre de 1935, volvió a hacer pública sus revelaciones. Este fue el elemento sustantivo que convenció a Tejada Sorzano, de que la Standard estaba enviando clandestinamente petróleo a la Argentina, vulnerando los intereses nacionales.

En el gobierno de David Toro, el 13 de marzo de 1937, se dictó la Resolución Suprema mediante la cual quedaban extinguidas las concesiones de la Standard Oil y revertidos sus bienes al Estado, en base a la cláusula décima octava del contrato Richmond Levering and Co, que estipulaba "que el gobierno podrá declarar la caducidad o rescisión administrativamente, por defraudación de los intereses fiscales, caducidad que importa para los capitalistas la pérdida de todos los derechos a los bienes que tuvieran en el país, los que pasan a propiedad exclusiva del Estado.”

De acuerdo a los documentos de la fecha, la indignación nacional era impresionante por el grado de traición de la empresa estadounidense. La misma creyó que podía utilizar los mecanismos de presión diplomática, apoyo de sus poderosos aliados políticos internos e incluso la posibilidad de comprar a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, pero no fue así.

También se argumentó que en plena Guerra del Chaco, la Standard hizo arrojar al río Bermejo una gran cantidad de herramientas de zapa, en cuanto tuvo noticia de que el Ejército boliviano se las pediría para la defensa nacional, con el argumento inicuo de que debía ser neutral. Estos delitos eran más que suficientes para expropiarla y expulsarla.

No obstante de ser demostrados sus delitos e incumplimiento de contratos, la Standard ya fuera del país logró una indemnización económica en 1940, apoyada por los gobiernos de Quintanilla y Peñaranda, de 1,7 millones de dólares.

La nacionalización, un acontecimiento mundial

La nacionalización de la todopoderosa Standard fue un caso único. A pesar de la presión, el Presidente F. Delano Roosevelt calmó las iras y prometió negociar una indemnización, no podía imponer mano dura porque debía cuidar su patio trasero del avance del nazifascismo.

El país más pobre de Suramérica, con familias devastadas por la Guerra del Chaco, no se inclinó, le dio un ejemplo al mundo y principalmente a los países pobres, colonizados y dependientes de entonces, de que la unidad por la defensa de los recursos naturales hace invencible a las naciones que toman conciencia colectiva de sus intereses y de su futuro en pos de un proyecto de liberación nacional.




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